Hace mucho tiempo , a las montañas de los Balcanes llegó un grupo de familias que iba de pueblo en pueblo animando con sus instrumentos las bodas, bautizos, o cualquier fiesta en que solicitaran sus servicios. Llevaban su música y vida dentro de una maleta.
En “El libro de los Reyes” en el año 420 el rey de Persia Bahram Gour pidió al padre de su esposa, el rey de la India Shangul, que le enviara doce mil músicos y cantantes para entretener a su pueblo en los momentos de ocio. A cada uno de los músicos les dio un saco de trigo , un buey y un asno y les ordenó cultivar la tierra de día y hacer música por la noche, se comieron el trigo y no trabajaron la tierra, y se diseminaron por todo el país viviendo con lo que ganaban cantando y haciendo música.
Esta gente continuó su viaje hacia Occidente hasta Turquía donde se dividió en dos grupos:
- Uno se dirigió a Egipto y por el norte de África, llegó hasta la península Ibérica. Los llamaron gitanos porque creían que sus antepasados eran los egipcios.
- El otro entró a Europa central por Los Balcanes. Los llamaron tsigan porque afirmaban que eran miembros de los Atsigani, una secta asiática que practicaba la magia.
Los tsigan disponían de un repertorio de música turcas del antiguo Imperio Otomano y además traían danzas rom y estilos alocados. Para el público se reservaban las melodías tristes que hablaban de su vida y del amor y el sufrimiento. Los tsigan fueron los que transportaron, difundieron y mezclaron todos los estilos populares que se tocaban en las montañas de los Balcanes.
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